lunes, 8 de noviembre de 2010

Y voy a llegar

Caminar con el miedo adelante suele ser una práctica difícil. Si por lo menos fuese a nuestro lado sería distinto, pero no, él se empeña en ir siempre un paso adelante, en hacernos de guía y ni siquiera nos pregunta, simplemente llega y ocupa su lugar y una empieza a caminar despacito, no sea cosa que le pisemos los talones.
Y entonces ahí vamos, ahí estamos. Ahora somos una pequeña hilera desplazándose y yo sólo quiero correr, pero no lo consigo. De pronto algo sucede, te veo en la vereda del frente, también caminando con tu miedo, ustedes son otra hilera, tu sombra, tu miedo y vos. Te grito, pero no escuchás, te alejás cada vez más. Me agacho y agarro una piedrita del suelo, la tiro cerca tuyo, intentando llamar tu atención pero nada cambia, vas como abstraída de la realidad, ensimismada, caminando de manera automática como... como... claro! como prisionera de tu miedo, enajenada. Contemplo el cuadro y busco la manera de llamar tu atención, es inútil, nada sirve, es como si fuese invisible... Por fin lo entiendo. Estás paralizada, no tenés dónde escapar y ése fue justamente el problema, no era necesario escapar, sólo tenías que gritarme, que llarme, que estirar la mano. Ya sé, no sos de ésas, no te sale, vos tenés que llorar para adentro, tenés que tragarlo y hacerte charco. Y qué bronca, cómo me enoja eso.
Por fin me decido, tomo impulso y corro, corro, corro ...
No miro atrás, no hace falta, sé que esta vez voy adelante...
y voy corriendo hacia vos ...
y voy a llegar ...

4 comentarios:

Violeta Color dijo...

y corriendo atravezamos el miedo.
Y sí, vas a llegar, el tema es...ella va a salir?


Ey, gracias, me alegra que te guste perderte por allá, a pesar de que me averguence un poquito =)

Un abrazo enorme pàra usted =)

Mariana dijo...

y esta quizás sea una forma sutil aunque no demasiado indirecta de empezar a llegarle, no?

y ese miedo, maldito miedo!!! de última mejor tenerlo delante y no que se ponga detrás nuestro y nos agarre por la espalda, o que adopte el lugar de par y se le de por quedarse ahí... acompañándonos emparejadamente! digo, no sé... en una de esas, así hasta se haga menos difícil llegar a darle una patada en el traste y que el maldito se mande a mudar :)

Val dijo...

Coincido con Mariana, mirá si te ataca de atrás, cuando vos ni enterada que estaba... pero qué lindo, qué lindo poder correr delante de él.
Lindas palabras :)

Anónimo dijo...

Que genial este escrito... es el tercero que voy leyendo y es el que mas me gusto...